La historia de un loco que creía estar cuerdo, o un cuerdo que se volvió loco ante la duda. El doctor Kerjentzev, demente o criminal, culpable o inocente, malo por sí mismo o porque la influencia de los allegados, la sociedad o la genética han sido las creadoras del monstruo que empezaba a sacar lo peor de él un quinto día de un septiembre cuando Tatiana Nicolaïevna se rió de él. Le ruego me perdone, dice, pero sus ojos seguían riendo. Y luego, Alejo Constantino Saviélov, compañero de colegio de Kerjentzev, y quien más adelante dice: “sí, querido, tú erraste el golpe”, una trágica broma con la que “abrevia su vida una semana”. Poco a poco se iba –o iban– formando al asesino, lo modelan igual que a Sascha Yegulev, el terrorista de otra de las geniales obras del Andreiev, hasta que se hace grande, inteligente, y mata. De ninguna manera vaya a pensarse que se trata de asesinato sin sentido. El doctor Kerjentzev tiene sus razones y muy buenas; por una parte, la venganza contra Tatiana Nicolaïevna quien –habíamos dicho que se ríe de él– en realidad se burla porque éste le pide su mano; por otra, Alejo, tal vez debido a que “era incapaz de tener nada grande, ni siquiera sus defectos”, “tan débil y tan enfermizo”. Si “al menos hubiese tenido genio poético”... ¿Piensa acaso que Alejo no merece vivir por no ser merecedor de su admiración y menos del amor de Tania? No era un ser útil. Lo que me trae a la memoria la modesta proposición de comer a los niños pobres de Irlanda para hacerlos útiles al público. Y bien, pues Alejo en adelante será útil para los estudiantes de derecho. Igual que los niños de Swift para la sociedad, aunque hay que tener en cuenta que la literatura es una metaforización de la realidad. El relato de Swift pretende dar a entender que servirse a los niños como alimento es un crimen tan execrable como lo es explotarlos hasta la muerte. En el Diario de un Médico loco la metáfora podía ser que dejar vivir a los mediocres un crimen como lo es ignorar a los sabios.
Biografía
Davina Pazos (Ecuador 1973, radicada en España desde 1996),
En el año 2006 gana el premio Ernestina de Champourcín con el poemario Lo que más me duele es tu nombre, libro que marcaría el punto de partida de su obra poética y su sello personal. Pazos crea personajes, se identifica con ellos y es capaz de adentrarse en su psicología, es decir, sus tormentos o pasiones para darles la voz poética con la que logran existir.
Si tiene que haber un tema principal en su obra es la pasión de cada personaje: El horror de la madre que habla a su hijo muerto, la desesperación de un fantasma al intentar que su amada lo escuche, la pasión con que el asesino en serie relata sus crímenes, la sensualidad y erotismo de una mujer que disfruta de su cuerpo y de su amante, el alcohólico dispuesto a vivir a cualquier precio…
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